El Renacimiento del Herohammer
Muchos de vosotros recordaréis, o bien habréis escuchado cuentos de la edad de Herohammer, o como algunos los llamaban, 5ª edición de Warhammer Fantasy. Estos son días de antaño, cuando Nagash atemorizaba la tierra, los grandes Demonios arrasaban unidades enteras y los grandes Príncipes Élficos surcaban los cielos con sus dragones aniquilando uno tras otro a sus oponentes. Estos fueron días en que las batallas se decidían por un puñado de poderosos héroes, y las masas de infantería simplemente servían como forraje para sus actos heroicos.
Pero luego llegó, con la 6ª edición, la gran época de los Ejércitos. Los héroes se convirtieron en objetos manejables; la artillería y los proyectiles acabaron con la época de los dragones y los grifos; y los grandes bloques de infantería y caballería se convirtieron en la combinación necesaria para ganar batallas.
Algunos ejércitos aún se aferraban a las viejas costumbres, los Condes Vampiro siempre serán un ejército creado alrededor de un todopoderoso héroe, esa es su naturaleza, pero en la mayoría de ejércitos, los héroes se transformaron en simples apoyos. Muchos se alegraron del cambio, y yo entre ellos. Por fin teníamos un juego de estrategia, en lugar de un juego de rol de mesa, ahora podíamos utilizar la táctica, algo más parecido a una batalla real.
Pero esta edad dorada duró poco, con la aparición de la 7ª edición, Games Workshop volvió a girar su filosofía, y ha hecho regresar el Herohammer. Una vez más vemos personajes que son capaces de enfrentarse por sí solos a grandes bloques de tropas y salir victoriosos. Una vez más vemos a los dragones volar y dominar el campo de batalla, y ahora, una vez más, vemos a los magos destruir unidades enteras con un solo hechizo. Es más, hemos sido testigos del nacimiento de la “Estrella de la Muerte”, una unidad de gran alcance en la que se colocan la mayoría de los personajes en juego. En estas unidades son los personajes los que lo hacen todo, y la unidad está ahí simplemente para recibir las heridas. Yo mismo he sido testigo al ver en acción a la llamada “Estrella de la Muerte de los perros”, una unidad de lobos atroces, con 4 vampiros en ella (con el estandarte Drakenhof, por supuesto), os puedo asegurar que es algo desorbitado y, particularmente, lo encuentro penoso. Pero yo mismo he diseñado lo que algunos llaman “Sombra de Estrellas, una gran unidad de Sombras, de los Elfos Oscuros, llena de héroes y asesinos (que son héroes que no ocupan slots).
Si bien estas unidades varían en su propia capacidad de hacer daño, la idea principal detrás de ellos es una concentración de los héroes que se pueden vencer a cualquier enemigo. En estas unidades los héroes son los protagonistas absolutos.
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Que vivimos en una nueva era de Herohammer, no se puede debatir, como puede apreciar cualquiera que haya observado los cambios en el juego en los últimos años. Las preguntas que debemos plantearnos son dos: en primer lugar ¿Se trata de una decisión deliberada por parte de Games Workshop? Y en segundo lugar ¿Este cambio es bueno?
Creo que es muy claro al mirar los últimos años de Warhammer que este cambio es un movimiento consciente por parte de Games Workshop. Parte de esto me siento corresponde a los demonios del Caos. Gran Demonios del Caos tienen que ser capaces de asumir una unidad por sí mismos, ya sea en combate cuerpo a cuerpo o con magia. Ellos no pueden unirse a las unidades, ni ocultar, ni obtener ningún apoyo real. Con el fin de que sean una unidad viable que debe tener la oportunidad de golpear a una unidad de un plumazo. Sin embargo, este es el caso, debe haber un contador para ellos, algún otro héroe debe tener una oportunidad, aunque no es buena, de vencer a un demonio mayor en el combate y cualquier héroe que puede hacer eso, también tiene una buena posibilidad de ser capaz de asumir una unidad de conjunto, así tenemos una razón para Herohammer.
Haciendo un repaso a los movimientos realizados en cuanto a Warhammer en los últimos años, creo que es bastante claro que el cambio ha sido consciente por parte de Games Workshop. Parte de esto es consecuencia directa a la creación del ejército de los Demonios del Caos.
Los Grandes Demonios del Caos deben ser capaces de poder acabar con una unidad por sí mismos, ya sea en combate cuerpo a cuerpo o con magia. Dado que ellos no pueden unirse a unidades, ni se pueden ocultar, ni pueden obtener ningún apoyo real. Con tal de poder ser una unidad viable, deben tener la oportunidad de destruir a una unidad de un plumazo. Pero he aquí la paradoja, al crear ese tipo de monstruosidad, el resto de ejércitos deben tener la posibilidad de enfrentarse a ellos, y aparecen los héroes, capaces de acabar con uno de estos Grandes Demonios, pero al hacer eso, también tienen las capacidad de imitarlos y destruir a una unidad completamente, esa es la razón de la creación del Herohammer.
¿Y este cambio es bueno? La respuesta a esta pregunta en realidad se contesta dependiendo del bloque al que se pertenece. Por un lado tenemos a un grupo de persona a las que no les gusta el Herohammer (entre ellos yo mismo). Creemos que Warhammer Fantasy Battles debe ser una guerra en un tablero táctico de juego, maniobrar unidades tratando de obtener ventaja, flancos, etc. Que en cierto sentido, se parezca a una batalla medieval; Y luego esta el otro bloque (en el que creo que está situada la actual política de Games Workshop), que piensan que todas las partidas de Warhammer deben ser una epopeya. Cada batalla debe ser como un poema épico de la antigüedad. Poderosos héroes que luchan, lanzadores de conjuros lanzando lluvias de fuego, grandes Dragones aterrorizando las masas, etc. Muchas personas piensan que así es como un juego de Warhammer Fantasy debe ser, centrado en el espectáculo y la narración, y no en tácticas y maniobras.
Herohammer es una realidad, de eso no hay duda, y tenemos que aprender a vivir con ello. Ahora bien, una pregunta me ronda en la cabeza, se rumorea que el próximo año va a ver la luz la 8ª edición de Warhammer Fantasy Battles. ¿En esta nueva versión se conservará o se eliminará el Herohammer?
